Ecos de la Guerra Civil y la dictadura de Franco en el cine español
El inicio de mi curiosidad y posterior fascinación por la España de la dictadura de Franco se debió a la galardonada serie de Televisión Española, “Cuéntame cómo pasó” (RTVE, 2001). En dicha teleserie se relatan los acontecimientos de los últimos años de la dictadura franquista y la llegada de la democracia desde la perspectiva de una familia de clase media española, los Alcántara. La historia es narrada desde la visión del hijo menor, Carlos, quien relata los sucesos como adulto en la época actual.
Antes de ver esta serie, yo sabía muy poco, por no decir casi nada de la Guerra Civil y los años de dictadura por los que pasó la “Madre Patria” de los hispanos. A través de los eventos, narrados con mucha precisión, que semana a semana yo veía a esta ficticia familia enfrentar, conocí un episodio doloroso en el pasado de los españoles que me hizo reflexionar sobre el impacto que el mismo tuvo y sigue teniendo en la cultura de ese país.
Comencé a pensar en ese entonces si acaso la crudeza y casi insolente manera de abordar el sexo en las películas, el alejamiento de la iglesia católica de parte de la generación joven, además de su rechazo al matrimonio, pudiera estar relacionada con las ganas de querer olvidar que alguna vez España fue un país reprimido y atrapado por los códigos morales extremos de la dictadura. Durante los ocho meses que viví en Madrid, hace ya casi diez años, fue mi impresión que los jóvenes de la capital española parecían no tener ningún interés en querer recordar esa parte importante de la historia de su país.
Quise confirmar esta impresión y hace unos días le pregunté a un amigo madrileño, el cual tiene 35 años y ha vivido durante toda su vida en España, sobre cómo pensaba él que la dictadura de Franco y la Guerra Civil habían afectado la cultura en general y el cine en particular. Su respuesta fue un poco vaga, y me dio a entender que el no veía ningún reflejo de esos eventos en la cultura. Con respecto al cine, se limitó a nombrarme algunas películas que hacen un recuento de los hechos. Yo compartí con él mi opinión y le dije que para mí estaba muy clara la influencia y los dos estuvimos de acuerdo en que a veces es más fácil ver las cosas desde afuera.
Encuentro cierta concordancia con mis pensamientos en un artículo de Martín-Cabrera donde analiza una de las películas del joven director vasco, Alex de la Iglesia, relacionándola a nuevas representaciones culturales en España. Martín-Cabrera cuenta que es interesante comprobar que el antes mencionado director comparte con la “movida madrileña” una “misma voluntad de suprimir el pasado, un mismo deseo de olvidar los años negros de la postguerra y el franquismo” (2001). Pareciera haber, por lo tanto, una negación del pasado de parte de los directores de cine de las nuevas generaciones, quienes no fueron marcados por la violencia de la Guerra Civil y quienes tampoco se sienten afectados por los años del franquismo.
Aquel legado negado o rechazado por los directores jóvenes, fue en cambio aceptado por los directores de generaciones anteriores. Tenemos por ejemplo a Saura, quien en su aclamada película “Cría Cuervos” (1976), se valió de la memoria de Ana para dejarnos entrever, un poco confuso y distorsionado, un pasado bastante traumático. La memoria de Ana representaba a la memoria del colectivo español, llena también de recuerdos dolorosos que se fueron reprimiendo. Hopewell lo explica al decir que “La tesis política planteada por Saura en esta película es que el franquismo, en calidad de régimen político, desaparecería, como desaparecieron los padres de la protagonista, pero sus legados psicológicos no” (1989, p.249).
Pasando al tema de la Guerra Civil, la violencia crudamente presentada en las escenas de ciertas películas españolas puede parecer demasiado fuerte para espectadores de otros países. Sin embargo, hay que entender que estas escenas son un reflejo del impacto que causó la guerra en los españoles. Cuenta Hopewell que en 1985, durante la proyección de la película “Pascual Duarte” en el “National Film Theatre” de Londres, muchas personas abandonaron la sala porque no pudieron soportar una escena en que se mata a puñaladas a una mula (1989, p.19). A mí me encanta la película “El Laberinto del Fauno” (2006) de Guillermo del Toro, pero cada vez que la vuelvo a ver tengo que cerrar los ojos en la escena en que clavan una botella en la cara de un hombre. Sólo recordar esa parte de la cinta me causa escalofríos.
La exploración desde una perspectiva un poco siniestra de la infancia que hemos visto en películas tales como “Espíritu de la colmena” (1973) de Víctor Erice y “Cría cuervos” (1976) de Carlos Saura, podría ser el resultado de los terribles recuerdos de la Guerra Civil que estos y otros directores asocian con su propia infancia. Hopewell nos relata en su libro que Saura dijo en cierta ocasión que “La infancia es un período particularmente inseguro…, lleno de miedos y de todo tipo de deficiencias. Deja una huella profunda e indeleble en el individuo, sobre todo si se vive en un ambiente hostil” (1989, p. 18).
Buscando fuentes que apuntaran hacia la influencia de la guerra y el franquismo en el cine español actual, me encontré con un artículo publicado en “El País” donde este tema es explorado. El autor, Julián Casanova, habla de una cultura de miedo y olvido fundada por el franquismo que treinta años de democracia no han podido borrar. Casanova manifiesta que “la mirada a ese pasado traumático, de guerra y dictadura, persiste en el cine español 70 años después de la Guerra Civil y más de 30 desde la muerte de Franco” (2008).
Sin embargo, es su punto de vista que la mirada que el cine actual le da a ese pasado es muy diferente al cine de los años 60 representado por Saura, Buñuel y Berlanga. Casanova habla de un cine que lucha contra el olvido social e invita a la reflexión a través del análisis de diferentes factores y aspectos del trágico pasado del país. Menciona algunos de estos aspectos y las películas donde son narrados. En aquella lista, encontré una película que vi hace algunos años y que me impresionó mucho: “La lengua de las mariposas” (1999) de José Luis Cuerda. Casanova la relaciona a la muerte de la República y de la cultura. Lo que yo recuerdo es haber sentido una tristeza muy grande al ver aquella película. Para mí fue la muerte de la amistad, de lo bueno, de lo inocente. Se podría pensar entonces que estas películas llevan al espectador a reflexionar sobre el quebrantamiento que sufrió la sociedad española.
Al escribir este ensayo me he dado cuenta de que me queda mucho por aprender y reflexionar sobre el pasado de España. Volveré a encontrarme con los Alcántara en la serie “Cuéntame cómo pasó” (RTVE, 2001) y los alcanzaré en algún año de los 70. La última vez que vi la serie acababa de morir Franco y parecía que los españoles no sabían qué hacer con tanta libertad. Continuaré siendo asidua al cine español, explorando más las películas de los 60 y 70 que he empezado a conocer gracias a la clase de “Hispanic Cinema”. Espero entonces poder llegar a comprender mejor las huellas de un pasado que aunque se quiere olvidar, sigue estando presente a manera de ecos en los españoles.
Referencias
Casanova, J. (2008). “Guerra y dictadura en el cine español". El País.
Hopewell, J. (1989). “El cine español después de Franco 1973-1988”. Madrid: Ediciones El Arquero.
Martín-Cabrera, L. (2001). “Nuevas representaciones culturales en la España postolímpica: El día de la Bestia de Alex de la Iglesia”. Covergencias Hispánicas, 79-92.
Televisión Española (2001). “Cuéntame cómo pasó”. http://www.rtve.es/television/cuentame/