Inspirada en el análisis de las lecturas de Edgar Allan Poe, he estado pensando sobre ese lado perverso y oscuro que todos tenemos. Algunas personas dejan salir a este ser siniestro que habita en ellos casi siempre, algunos casi nunca, pero creo que todos le hemos permitido tomar el control al menos una vez en nuestras vidas.
Todos lo dejamos salir un poquito al escuchar un chisme o contarlo de manera maliciosa. Hay que admitirlo, a veces no podemos evitar alegrarnos por el mal ajeno. Pero más allá de los pequeños actos, recuerdo un evento en mi vida donde fui mala, mala. Hice algo con la única intención de lastimar a alguien. En aquel momento me asustó darme cuenta de lo que era capaz de hacer. Ahora que pienso en mi acto perverso me asusta pensar en lo que sería de mí si no tuviera un criterio para distinguir entre lo apropiado y lo incorrecto. Pienso que nunca más podría hacer algo parecido pero no lo puedo saber con certeza. Honestamente espero que no sea así. Me da mucho miedo imaginarme esa posibilidad...
Dejo aquí entonces una historia basada en ese evento oscuro, ese "Gato Negro" de mi pasado.
Amistad, Divino Tesoro
Recuerdo muy bien el día en que te conocí. Te sentaste a mi lado en una sala de la universidad durante la clase de Estadística y me sonreíste. Era una de mis primeras clases y me sentía asustada e inhibida en ese mundo crudo, fuera de la burbuja protectora del colegio. Cualquier cara amigable era una señal de salvación para mí y tú fuiste la primera entre todas esas personas que entraban y salían apresuradas de las clases.
No sólo sentimos una conexión instantánea sino que días después descubrimos que eramos primas lejanas. Fue algo mágico, un regalo del destino. Eso marcó el comienzo de la amistad que nos unió y la cual significó mucho para mí en aquella época en que anhelaba identificarme con alguien. A partir de ese día fuimos inseparables, de arriba a abajo en la universidad y fuera de ella. -¿Lo recuerdas? La simpatía se convirtió en cariño, que tiempo más tarde acabó en dependencia y fue esto, última mejor amiga, lo que ahogó nuestros lazos de amistad.
Durante mucho tiempo te pensé como un reflejo de mí, mi sombra, mi gemela. Aluciné. Pero sabes bien que eras muy diferente, y que una vez tuvimos la libertad en nuestras manos, te fuiste desviando del camino. Ese camino que habíamos planificado recorrer juntas mientras estudiábamos en otro país. Poco a poco tus traumas y frustraciones salieron a flote y me golpearon como una ola fría.
Sin embargo, no dejé que la ola de tu indiferencia me tumbara, - ¿Cierto amiga? - Decidí que esta vez no sería yo la lastimada, que ahora me tocaba lastimar a mí. Te hice lo peor que se le puede hacer a un amigo. Traicioné la complicidad, la confianza depositada en la revelación de los secretos y pecados íntimos. Aquella noche de la despedida… - No, no mi despedida de ti, sino de Ella - Esa noche, muy guapa tú, me preguntaste como se te veía. - Estás muy linda amiga, esta va a ser tu noche- te dije. En ese momento tuve la oportunidad de evitar que pasaras por lo que sabía que te esperaba. Pero no lo quise así, más bien estaba impaciente porque ya ocurriera y se acabara todo de una vez. No hizo falta que me lo confirmaras la mañana siguiente, llorando en mi hombro por causa de tu amarga experiencia. Aquellos dos chicos a los que engañaste, confrontándote y humillándote. No hizo falta que me lo explicaras porque justamente fui yo, la persona en quien confiaste, quien reveló tu doble juego.
Recuerdo muy bien el día en que te conocí. Te sentaste a mi lado en una sala de la universidad durante la clase de Estadística y me sonreíste. Era una de mis primeras clases y me sentía asustada e inhibida en ese mundo crudo, fuera de la burbuja protectora del colegio. Cualquier cara amigable era una señal de salvación para mí y tú fuiste la primera entre todas esas personas que entraban y salían apresuradas de las clases.
No sólo sentimos una conexión instantánea sino que días después descubrimos que eramos primas lejanas. Fue algo mágico, un regalo del destino. Eso marcó el comienzo de la amistad que nos unió y la cual significó mucho para mí en aquella época en que anhelaba identificarme con alguien. A partir de ese día fuimos inseparables, de arriba a abajo en la universidad y fuera de ella. -¿Lo recuerdas? La simpatía se convirtió en cariño, que tiempo más tarde acabó en dependencia y fue esto, última mejor amiga, lo que ahogó nuestros lazos de amistad.
Durante mucho tiempo te pensé como un reflejo de mí, mi sombra, mi gemela. Aluciné. Pero sabes bien que eras muy diferente, y que una vez tuvimos la libertad en nuestras manos, te fuiste desviando del camino. Ese camino que habíamos planificado recorrer juntas mientras estudiábamos en otro país. Poco a poco tus traumas y frustraciones salieron a flote y me golpearon como una ola fría.
Sin embargo, no dejé que la ola de tu indiferencia me tumbara, - ¿Cierto amiga? - Decidí que esta vez no sería yo la lastimada, que ahora me tocaba lastimar a mí. Te hice lo peor que se le puede hacer a un amigo. Traicioné la complicidad, la confianza depositada en la revelación de los secretos y pecados íntimos. Aquella noche de la despedida… - No, no mi despedida de ti, sino de Ella - Esa noche, muy guapa tú, me preguntaste como se te veía. - Estás muy linda amiga, esta va a ser tu noche- te dije. En ese momento tuve la oportunidad de evitar que pasaras por lo que sabía que te esperaba. Pero no lo quise así, más bien estaba impaciente porque ya ocurriera y se acabara todo de una vez. No hizo falta que me lo confirmaras la mañana siguiente, llorando en mi hombro por causa de tu amarga experiencia. Aquellos dos chicos a los que engañaste, confrontándote y humillándote. No hizo falta que me lo explicaras porque justamente fui yo, la persona en quien confiaste, quien reveló tu doble juego.
Supongo que eventualmente te enteraste de mi traición. Te debes haber preguntado por qué actué de esa manera tan cruel. No importa cuantas conjeturas armaste en esa cabecita mal pensada tuya. Nunca lo supiste. Si te hubiese visto una vez más en aquella época, podría haber aclarado esa duda. Te podría haber explicado que tan sólo fuiste un instrumento para mi venganza y despedida de aquel ser traidor que me lastimó varias veces a través de personas distintas. Repito, te lo podría haber dicho, pero en realidad no debía ocurrir así. Tu comprensión era algo que no podía permitir porque – Escucha esto muy bien - Tu rencor fue necesario para mi despedida definitiva, de aquella que dicen, es un precioso tesoro. -¿Lo entiendes ahora? - Te utilicé para decirle adiós a la Amistad traidora que me causó tanto dolor. Un adiós con mucho estilo. ¿No crees amiga?
10 comentarios:
Mel, no logro comprender el cuento. Por ejemplo, me parece confuso el que ocultes que le pasó a la chica en la noche de la despedida, nada tan grave será como para no poder escribirlo.
En el último párrafo también me confunde el hecho de que empieces afirmando que se enteró de la verdad y en la segunda línea afirmas que nunca la supo. ¿Quién es el ser traidor? tu amiga o una tercera persona. ¿Qué es lo que es considerado uno de los mejores regalos de la vida?
Me quedan varias dudas sobre tu Gato Negro.
Saludos,
Ade
Misterio, formas de lavar culpas, algo así se dilucida del relato...
Fuere lo que fuere, si usted lo creyó necesario, por algo habrá sido, y si aún hoy lo recuerda, algo le quedó adentro para terminar diciéndole adiós a la amistad oscura aquella hoy día.
Lo vinculo al reciente post Oscuridades de mi blog no neurótico, aunque uno puede estar de una vereda y querer cruzarse con el paso del tiempo, no?. La invito a visitarlo.
Saludos!
Maxi y Ade, muchas gracias por sus comentarios, son muy apreciados!
Ade, tienes razón, queda confusa la parte sobre la verdad. Voy a corregirla. Me refería a que supongo que esa persona se enteró que fui yo la que la traicioné pero que probablemente nunca entendió la razón de mi proceder. Es difícil imaginar la razón por la cual un amigo es capaz de traicionarte.
No me pareció relevante comentar lo que sucedió, porque no se le se asemeja ni en broma a las perversidades de los cuentos de Poe y hasta puede parecer algo tonto. Lo grave fue la traición de la amistad.
Y el mejor regalo de la vida, según el cliché es la amistad, no? "Un amigo es un tesoro" o algo así dice la gente. El "ser traidor" al que me refiero es la amistad, porque tuve en mi época juvenil pésimas experiencias con las mejores amigas y por eso decidí vengarme traicionando yo también a mi última mejor amiga, optando desde entonces nunca entregarme a la amistad de esa manera.
Gracias Ade por tus contribuciones en mi blog!
Maxi, comenté el post en tu blog, gracias de nuevo!
Gracias por pasarte, y respecto a tu desencanto con la amistad, esto me salió el día del amigo de este año -que aquí lo festejamos el día que el hombre llegó a la luna-, sobre uno de los vínculos más copados que se pueden construir, desde mi perspectiva. Aunque entiendo que entre mujeres se juegan otros tipos de valores ue pueden hacer que se vivan malas experiencias, seguí buscando que la amistad sincera y desinteresada es lo más!
Aquí el post: Amigo
Saludos de amistad!
Hola Mel, estoy muy contenta con los resultados de los dos cuentos de terror y zozobra que he leído porque es experimentar con estilos diferentes.
Obviamente, te haré en breve ( quizá en la noche de hoy) correcciones más puntuales el texto, pero me parece, que a más de lo apuntado por Ale, falta algo de ambiente. Quizá un poquito más de adjetivos y también salir de los lugares comunes, como las frases como " nuevo mundo" para referirse a la universidad, como también el " mar de..." ¿Cómo era ese primer día en la universidad? ¿Por qué la narradora lo padece? ¿Qué hace a esta amiga especial? Quizá, lo que siento es que falta más acción. ¿Es una buena amiga? ¿Cómo lo sé? acciones, sucesos concretos, quizá es por eso que también demandamos saber cuál es el hecho de traición que rompe la amistad ¿tiene que ver un hombre, verdad? Él es el hombre que la traicionó tantas veces con otras mujeres,pero ....¿qué pasó? pistas, las piestas pueden ser peor que lo obvio.
Luego de " Repito,..." las líneas finales son un misterio.
Conversemos, por cierto ¿y si cambiamos de título a " la amistad es un tesoro"?
Sol, gracias por los comentarios hechos por este medio y por mi e-mail. Algo que escribí a manera de catarsis o para "lavar culpas" como comentó Maxi de repente veo que tiene potencial para ser un cuento. Fue al escribirte hace un rato cuando me di cuenta que había incurrido justamente en el estilo de Poe, cuando el narrador confiesa su horrendo crimen a través del relato de una historia.
Me daré tiempo para seguir tus pautas y transformar esta "confesión" en una historia más estructurada. Ya realicé ayer unos leves cambios que los puse en negrita, espero que los hayas notado al comentarme por mail. Estoy luchando con el título por el momento...
Interesante!. Yo leo un relato cargado de emoción. Es lo que capto, como cuando uno se hace una ilusión o imagen de algo, la imagen se te rompe no porque fuera mala, sino porque te hiciste una imagen errada de algo que querías. Lo deseaste y no se te dio, en cambio vino la decepción y el dolor. Te molestaste y buscante venganza, usando astucia, inteligencia y traición.
He leído la versión corregida supongo, y me gusta en el sentido de que expresa un fuerte carga emocional. Así lo veo yo : )
Gracias Angel : ) Tienes mucho de razón en lo que dices de la ilusión. Creo que todo surge del trauma de crecer al lado de hermanas gemelas. Parece que yo buscaba en mis mejores amigas, esa hermana gemela que no tuve. Obvio que nadie podía manejar esa carga emocional entonces la relación acababa mal.
¡Caramba! Leer tu blog es toda una aventura. Primero por tus posts, que me parecen atractivos y luego por los comentarios de tus amigos que son igual de interesantes.
Como te dije antes, yo no sé de reglas ni de formas, ni de las cosas que estás estudiando y que supongo son importantes para una buena transmisión del mensaje. Yo solo sé si algo me gusta o no.
Tu historia me gustó. Me hizo recordar esas experiencias de juventud que casi todo el mundo vive. Yo he sido muy entregada a la amistad, he sido bendecida con muchas amigas y afortunadamente no ha habido traición en mi vida, pero en la introducción hablas de esa parte oscura que llevamos en el alma y que a veces nos hace pensar en cosas negativas. Eso lo entiendo perfectamente. De manera muy fecuente me encuentro pensando en cosas que le harían daño a otros; y lo siento con la intención de hacerlo. Sé que podría ser capaz, hasta ahora no he sido lo suficientemente "¿valiente?" para llevarlo a cabo.
Saludos.
Así es Tere, definitivamente el lado oscuro está ahí, y cuando nos lastiman o alguien nos hace enojar, pues sale con esos pensamientos vengativos. Pero yo creo que más valiente es el que puede superarlo sin devolver el golpe. ¡Eso sí que cuesta!
¡Gracias por decir lo de la aventura! Eso es lo que quisiera que sientan mis lectores: que viajan conmigo en este camino loco : )
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