21 de agosto de 2015

El "color" de la literatura




    Ahora que al fin, puedo enfocarme casi totalmente a la escritura, una de las acciones que he tomado es la de seguir en Facebook a algunos autores al igual que a grupos de escritura afines a mis intereses. Leo blogs e investigo sobre lo que trabajan otras personas ya establecidas en el medio, al igual que a aquellos que luchan por sacar adelante el oficio. Entre los muchos temas sobre los que estoy aprendiendo y que rodean el mundo de la escritura dentro de los Estados Unidos,  hay uno en particular que me causa desconcierto, curiosidad y escepticismo. ¿De qué se trata? Allá voy.


    Al parecer, en este país, si quieres dedicarte a la escritura y tus antepasados no son de origen europeo, no basta con que te identifiques como escritor, sino que tienes que definirte como escritor de color.

    La obsesión con "el color" es impresionante. Solía estar suscrita a varios medios de noticias en Facebook. Me parecía una manera eficiente de mantenerme al día de lo que ocurre en el mundo. El oficio de la escritura es solitario y tiendo a sentirme aislada del mundo de afuera. Sin embargo, el noventa por ciento de lo que leía en esos medios tenía que ver con color, raza, racismo, y violencia, tanto verbal como física, derivada de estos problemas. 

Entonces, te pones a leer, dos, tres, cuatro artículos al día y llega un punto en que te afecta, y te preguntas si te va a pasar algo malo por el solo hecho de ser hispana y te entra la paranoia. Por lo tanto, ¡adiós NPR y CNN! Yo sé que el racismo es un problema real y complejo pero darle vueltas al mismo tema todos los segundos de la vida... pues yo no puedo.

     En fin, volviendo al tema de los escritores de color, el prestigioso Junot Díaz, de origen dominicano y ganador del premio Pulitzer, es un escritor que ha sido muy vocal sobre la falta de diversidad en los programas de literatura y escritura creativa en este país. Me queda claro el meollo del asunto y comparto la opinión de que no hay suficiente diversidad en los autores que se leen en las clases de literatura de las universidades norteamericanas. Yo misma lo viví recientemente.

    A inicios de este año tomé en la Universidad de Tennessee una clase llamada "The 20th-Century International Novel" (La Novela Internacional del Siglo XX.) En mi opinión, deberían cambiar el nombre por "La Novela Norteamericana y Británica del siglo XX". Todas las novelas que leímos y analizamos, fueron escritas originalmente en inglés y los autores eran norteamericanos o europeos. Pareciera entonces que lo único que cuenta a nivel internacional para la academia norteamericana (exceptuando los programas de lenguas extranjeras - pero eso es otra historia) es la literatura producida en Europa.

    Pues eso. Entiendo muy bien que la falta de diversidad en los programas de literatura es un asunto real e importante y que se debe trabajar.  

    Sin embargo, no pienso que sea solamente un problema para los estudiantes de color. Todos los estudiantes son perjudicados cuando no tienen acceso a textos de otras partes del mundo escritos por autores que han pasado por diferentes tipos de experiencias.  Es un aprendizaje muy pobre para cualquiera cuando te quedas con lo que existe en tu medio, sin ver más allá de los bordes o hacia los márgenes.
   
    Más allá de eso, al parecer Junot Díaz también cuestiona la literatura juvenil, tanto la formal perteneciente al currículo escolar, como la informal, tipo “Harry Potter”.  En un video del festival de "The New Yorker" entrevistan a Díaz y entre muchos temas válidos, dice lo siguiente: “This country is more diverse than it's ever been, but this country's addiction to whiteness has never been more pernicious. The addiction to whiteness, if you watch television or go to the movies at any given day or go to the bookstore, it would seem like if people didn't get 5 doses of whiteness a day, they would die. It's a public health catastrophe. And therefore, so many of our young people don't see themselves being reflected in anything. It's weird, I feel like every book I read and every movie I'm watching is me fucking watching Lord of the Rings because I'm like, this shit got nothing to do with us. This is about as make fucking believe as possible. Oh look, only white people! Middle Earth! So for me, again, I always get like, I mean, given this world, fuck, give it a shot; give
it a shot; even a badly uttered sentence would go far in a place where none of us seem to be allowed to speak."

    Antes que nada, no entiendo por qué Díaz considera necesario incluir malas palabras en su discurso. ¿Es parte de ser escritor de color? ¿Lo hace para que presten mayor atención a sus palabras? ¿Para ser cool? Pues no sé, pero para mí no deja de ser vulgar. Si algunos escritores de color optan por hablar así en entrevistas y conferencias, pues no se puede culpar a los “sin color” (que buen término, ¿cierto?) que no los tomen en serio.

    Más allá de la elección de vocabulario de Díaz, no comparto su cuestionamiento. Cuando entre los trece y dieciséis años leí obras como Mujercitas, Alicia en el País de las Maravillas y Las aventuras de Tom Sawyer, entre otras; nunca pasó por mi cabeza que los personajes sobre los que estaba leyendo eran “blancos” y que, por lo tanto, no tenían nada que ver conmigo. Pienso que la buena literatura se centra en temas universales que van más allá del género, raza, edad, religión, y otros factores que separan a los seres humanos.

    Cuando Díaz comenta que El Señor de los Anillos no tiene nada que ver con “nosotros” (escritores de color), pues yo pregunto, ¿y qué tiene que ver con los "anglos"? ¿Acaso en el mundo anglo hay hobbits, monstruos, un anillo mágico, etc? Pues hasta donde yo sé no es así, porque esa historia…atención... ¡es fantasía!…. o sea, no refleja la vida de nadie perteneciente al mundo real. Son los temas de trasfondo, tales como la lealtad, amistad, heroísmo, etc. que son asuntos con los que las personas en general se pueden relacionar o identificar, sin importar su raza, etnia, o país de origen.

    Reconozco que yo NO nací ni crecí en este país, así es que hay muchas cosas que Díaz ha vivido, sobre las que yo no tengo ni la menor idea. Comprendo que crecer formando parte de un grupo discriminado es complejo y entiendo por qué hay ciertas lecturas hacia las que los jóvenes hispanos que viven en este país se pueden sentir más inclinados que otras. Por eso me parece muy valioso que hoy en día en las escuelas norteamericanas se lea a autoras como Sandra Cisneros y al mismo Junot Díaz. Pero atención, son lecturas que benefician a todos los estudiantes, no solamente a los de grupos de minorías. Así mismo, no porque ahora existen autores que tratan situaciones más modernas, reales, y prácticas, significa que el resto de la buena literatura no tenga validez.   

    No sé, a lo mejor hay un punto importante que desconozco, que pueda proporcionar la clave para decodificar lo que argumenta Díaz. Mientras tanto, me alegro de que el “color” de los personajes literarios favoritos de mi infancia y juventud no se interpusiera en el deleite que representaron para mí, aquellas entrañables y eternas horas de lectura.

Referencia
Junot Díaz and Karen Russell on writing short stories - The New Yorker Festival
https://www.youtube.com/watch?v=pqb7bcSZcDo


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