28 de enero de 2011

Ecos de la Guerra Civil y la dictadura de Franco en el Cine Español

Para terminar con la serie de ensayos que escribí para mi clase de "Cine Hispano", a continuación podrán encontrar el desarrollo de un pensamiento, que no pretendo de ninguna manera sea tomado como una afirmación sobre España, los españoles, su cine o su cultura. Aclarado esto, espero que si alguien de dicho país lee esta entrada, me cuente qué le parece.

Ecos de la Guerra Civil y la dictadura de Franco en el cine español

El inicio de mi curiosidad y posterior fascinación por la España de la dictadura de Franco se debió a la galardonada serie de Televisión Española, “Cuéntame cómo pasó” (RTVE, 2001). En dicha teleserie se relatan los acontecimientos de los últimos años de la dictadura franquista y la llegada de la democracia desde la perspectiva de una familia de clase media española, los Alcántara. La historia es narrada desde la visión del hijo menor, Carlos, quien relata los sucesos como adulto en la época actual.


Antes de ver esta serie, yo sabía muy poco, por no decir casi nada de la Guerra Civil y los años de dictadura por los que pasó la “Madre Patria” de los hispanos. A través de los eventos, narrados con mucha precisión, que semana a semana yo veía a esta ficticia familia enfrentar, conocí un episodio doloroso en el pasado de los españoles que me hizo reflexionar sobre el impacto que el mismo tuvo y sigue teniendo en la cultura de ese país.

Comencé a pensar en ese entonces si acaso la crudeza y casi insolente manera de abordar el sexo en las películas, el alejamiento de la iglesia católica de parte de la generación joven, además de su rechazo al matrimonio, pudiera estar relacionada con las ganas de querer olvidar que alguna vez España fue un país reprimido y atrapado por los códigos morales extremos de la dictadura. Durante los ocho meses que viví en Madrid, hace ya casi diez años, fue mi impresión que los jóvenes de la capital española parecían no tener ningún interés en querer recordar esa parte importante de la historia de su país.

Quise confirmar esta impresión y hace unos días le pregunté a un amigo madrileño, el cual tiene 35 años y ha vivido durante toda su vida en España, sobre cómo pensaba él que la dictadura de Franco y la Guerra Civil habían afectado la cultura en general y el cine en particular. Su respuesta fue un poco vaga, y me dio a entender que el no veía ningún reflejo de esos eventos en la cultura. Con respecto al cine, se limitó a nombrarme algunas películas que hacen un recuento de los hechos. Yo compartí con él mi opinión y le dije que para mí estaba muy clara la influencia y los dos estuvimos de acuerdo en que a veces es más fácil ver las cosas desde afuera.

Encuentro cierta concordancia con mis pensamientos en un artículo de Martín-Cabrera donde analiza una de las películas del joven director vasco, Alex de la Iglesia, relacionándola a nuevas representaciones culturales en España. Martín-Cabrera cuenta que es interesante comprobar que el antes mencionado director comparte con la “movida madrileña” una “misma voluntad de suprimir el pasado, un mismo deseo de olvidar los años negros de la postguerra y el franquismo” (2001). Pareciera haber, por lo tanto, una negación del pasado de parte de los directores de cine de las nuevas generaciones, quienes no fueron marcados por la violencia de la Guerra Civil y quienes tampoco se sienten afectados por los años del franquismo.

Aquel legado negado o rechazado por los directores jóvenes, fue en cambio aceptado por los directores de generaciones anteriores. Tenemos por ejemplo a Saura, quien en su aclamada película “Cría Cuervos” (1976), se valió de la memoria de Ana para dejarnos entrever, un poco confuso y distorsionado, un pasado bastante traumático. La memoria de Ana representaba a la memoria del colectivo español, llena también de recuerdos dolorosos que se fueron reprimiendo. Hopewell lo explica al decir que “La tesis política planteada por Saura en esta película es que el franquismo, en calidad de régimen político, desaparecería, como desaparecieron los padres de la protagonista, pero sus legados psicológicos no” (1989, p.249).

Pasando al tema de la Guerra Civil, la violencia crudamente presentada en las escenas de ciertas películas españolas puede parecer demasiado fuerte para espectadores de otros países. Sin embargo, hay que entender que estas escenas son un reflejo del impacto que causó la guerra en los españoles. Cuenta Hopewell que en 1985, durante la proyección de la película “Pascual Duarte” en el “National Film Theatre” de Londres, muchas personas abandonaron la sala porque no pudieron soportar una escena en que se mata a puñaladas a una mula (1989, p.19). A mí me encanta la película “El Laberinto del Fauno” (2006) de Guillermo del Toro, pero cada vez que la vuelvo a ver tengo que cerrar los ojos en la escena en que clavan una botella en la cara de un hombre. Sólo recordar esa parte de la cinta me causa escalofríos.

La exploración desde una perspectiva un poco siniestra de la infancia que hemos visto en películas tales como “Espíritu de la colmena” (1973) de Víctor Erice y “Cría cuervos” (1976) de Carlos Saura, podría ser el resultado de los terribles recuerdos de la Guerra Civil que estos y otros directores asocian con su propia infancia. Hopewell nos relata en su libro que Saura dijo en cierta ocasión que “La infancia es un período particularmente inseguro…, lleno de miedos y de todo tipo de deficiencias. Deja una huella profunda e indeleble en el individuo, sobre todo si se vive en un ambiente hostil” (1989, p. 18).

Buscando fuentes que apuntaran hacia la influencia de la guerra y el franquismo en el cine español actual, me encontré con un artículo publicado en “El País” donde este tema es explorado. El autor, Julián Casanova, habla de una cultura de miedo y olvido fundada por el franquismo que treinta años de democracia no han podido borrar. Casanova manifiesta que “la mirada a ese pasado traumático, de guerra y dictadura, persiste en el cine español 70 años después de la Guerra Civil y más de 30 desde la muerte de Franco” (2008).

Sin embargo, es su punto de vista que la mirada que el cine actual le da a ese pasado es muy diferente al cine de los años 60 representado por Saura, Buñuel y Berlanga. Casanova habla de un cine que lucha contra el olvido social e invita a la reflexión a través del análisis de diferentes factores y aspectos del trágico pasado del país. Menciona algunos de estos aspectos y las películas donde son narrados. En aquella lista, encontré una película que vi hace algunos años y que me impresionó mucho: “La lengua de las mariposas” (1999) de José Luis Cuerda. Casanova la relaciona a la muerte de la República y de la cultura. Lo que yo recuerdo es haber sentido una tristeza muy grande al ver aquella película. Para mí fue la muerte de la amistad, de lo bueno, de lo inocente. Se podría pensar entonces que estas películas llevan al espectador a reflexionar sobre el quebrantamiento que sufrió la sociedad española.

Al escribir este ensayo me he dado cuenta de que me queda mucho por aprender y reflexionar sobre el pasado de España. Volveré a encontrarme con los Alcántara en la serie “Cuéntame cómo pasó” (RTVE, 2001) y los alcanzaré en algún año de los 70. La última vez que vi la serie acababa de morir Franco y parecía que los españoles no sabían qué hacer con tanta libertad. Continuaré siendo asidua al cine español, explorando más las películas de los 60 y 70 que he empezado a conocer gracias a la clase de “Hispanic Cinema”. Espero entonces poder llegar a comprender mejor las huellas de un pasado que aunque se quiere olvidar, sigue estando presente a manera de ecos en los españoles.

Referencias

Casanova, J. (2008). “Guerra y dictadura en el cine español". El País.

Hopewell, J. (1989). El cine español después de Franco 1973-1988”. Madrid: Ediciones El Arquero.

Martín-Cabrera, L. (2001). “Nuevas representaciones culturales en la España postolímpica: El día de la Bestia de Alex de la Iglesia”. Covergencias Hispánicas, 79-92.

Televisión Española (2001). “Cuéntame cómo pasó”. http://www.rtve.es/television/cuentame/

27 de enero de 2011

To be continued... espero que con un tono más alegre


El título de mi entrada hace referencia a una iniciativa que me ha parecido genial. "To be continued" es un concurso en el cual cada semana los participantes deben enviar una propuesta de capítulo y así con cada ganador se va armando una novela. Estupendo, ¿cierto?

Por supuesto que estoy muy lejos de pretender escribir el capítulo de una novela pero estaba a la expectativa del primero, el cual fue publicado hace unos días, para jugar con la idea de como yo continuaría la historia.

Prometía mucho el primer capítulo, ya que los creadores del concurso decidieron apoyarse en un escritor de prestigio, y así comenzar con pie derecho este proyecto. Dicho escritor es Santiago Roncagliolo, Premio Alfaguara de Novela 2006, a quien tuve el placer de conocer en la Feria del Libro de Guayaquil hace ya cinco años.

Fue decepcionante entonces encontrarme con un inicio bastante oscuro para este libro compartido. La única novela que he leído de Roncagliolo es aquella por la cual le otorgaron el antes mencionado premio, "Abril Rojo". El tono del primer capítulo de "To be continued" se me antoja muy parecido al de la novela del escritor peruano.

Y no digo que Roncagliolo no tenga talento, porque sí que lo tiene, pero ya que el lanzamiento de "To be continued" ha ido casi de la mano con el inicio del año, me atrevo a preguntar... ¿no podríamos haber comenzado con una nota más alegre?

Ya sé que el mundo no funciona así y que el 2011 ya comenzó con tragedias, pero por esta misma razón, ¿no habría sido motivador encontrar en esta iniciativa literaria un espacio donde la imaginación lleve a los escritores internautas a parajes más positivos? Por lo menos yo lo hubiera preferido así.

A ver cómo ha decidido el ganador de esta semana dar continuación a un capítulo donde conviven la sangre y High School Musical. En unas pocas horas lo sabremos...

14 de enero de 2011

La valiente y feminista Jane Eyre

Jane Eyre, una feminista antes de su tiempo. Leer este libro de Charlotte Bronte ha sido una delicia de principio a fin. El personaje de Jane me cautivó porque es una mujer que no se deja derrumbar por los golpes de la vida. A diferencia de "Cumbres Borrascosas", única obra de Emily Bronte, donde el personaje femenino se inventó las tragedias por las que padeció tanto, a Jane Eyre de verdad que le pasaron las peores desgracias imaginables. Pero ella nunca desmayó y decidió ser la dueña de su destino.

No se sometió al maltrato familiar y logró que la enviaran a un internado. Aunque también pasó malos ratos ahí, Jane se enfocó en su educación pensando en como la ayudaría para labrarse un futuro. Mientras tanto nunca estuvo con pajaritos en la cabeza imaginando la llegada de su príncipe azul. Ella no esperaba que un hombre le solucionara la vida. Eso es lo que me encantó de Jane, su anhelo de independencia y superación.

Luego cuando llega el amor, y ¡qué amor! Jane es capaz de pensar con cabeza fría y no dejarse arrastrar por los sentimientos. Su amor imposible lo sufre muy dignamente, sin enfermarse y montar berrinches como Catherine de "Cumbres Borrascosas". A pesar de su gran amor por Mr. Rochester, Jane no se deja controlar por él. No acepta la vida de princesa que él le propone y mucho menos la vida de amante luego de que se entera de que estaba casado. Prefiere enfrentar hambre e incertidumbre con tal de comenzar una nueva vida donde ella tuviera el control de lo que le pasara. Luego resulta que es el primo quien pretende dictaminar su camino, pero Jane muy educadamente le dice, pues va a ser que no.

No me sorprende la polémica que causó esta novela en su tiempo. En una época donde la mujer se debía someter a su padre, hermanos y marido, me imagino de lo que habrán tildado a la Bronte. Supongo que fue su manera de rebelarse contra la opresión a las mujeres por la que ella y sus hermanas tuvieron que pasar. Que tuviera que publicar su obra con un seudónimo masculino, lo dice todo. Qué frustrante vivir en esas circunstancias y qué liberador tuvo que ser poder darle voz a sus deseos de independencia por medio de su revolucionaria Jane Eyre.

11 de enero de 2011

Familia y Tradición en "El amor brujo" y "El Abuelo"


Continuando con mis comentarios para la clase de Cine Hispano, les dejo lo que escribí sobre la importancia de la familia y tradición en los filmes "El Amor Brujo" de Carlos Saura y "El Abuelo" de José Luis Garci. Antes que nada, como comentario adicional, la primera película mencionada me pareció la mejor de la trilogía flamenca de Saura. Quizás porque se vive más la fantasía y los actores se dejan llevar por ella. Y de la segunda, qué puedo decir... pues solamente que El Abuelo es una de las mejores películas que he visto en mi vida. Me encanta la intensidad de la escena final al pie del acantilado.

En El Amor Brujo (1986), vemos como el matrimonio entre José y Candela es arreglado por sus padres cuando son todavía unos niños. En la época en que Manuel de Falla compuso este musical, todavía se daba la situación de matrimonios pactados por razones económicas o de amistad. Los hijos obedecían a los padres sin cuestionarlos y se atenían a las convencionalidades y tradiciones familiares.

Es por eso que aun estando enamorado de otra mujer, José se vio obligado a seguir adelante con su casamiento arreglado. A Candela en cambio ni siquiera se le hubiera ocurrido mirar a otro hombre. Ella sabía desde niña que el destino determinado por su padre era el de casarse con José, así es que eso era lo que debía hacer, sin pensar en otras alternativas.

Ya estando casados, José tuvo otros amoríos, especialmente con Lucía, la mujer que tuvo que dejar por cumplir con el casamiento arreglado por su familia. Esta situación causaba sufrimiento a Candela pero no podía hacer nada porque el rol de la mujer en esa época era el de obedecer y respetar a los hombres, tanto al padre como al marido.

Luego de que José muere, Candela debe guardar luto por tiempo indefinido. Lo que vemos en la película sobre las apariciones de José podría ser un simbolismo sobre la tradición de guardar luto, la cual afectaba sobre todo a las mujeres. Hay una escena en la que Candela le dice a Carmelo: “Él me llama y yo no quiero ir, pero es más fuerte que yo”. Esa fuerza superior se podría interpretar como la fuerza de las tradiciones familiares.

Las palabras de Candela también podrían hacer referencia a la importancia de las apariencias sociales. En la escena donde una mujer del pueblo lanza una mirada de reprobación a Candela por estar hablando con Carmelo en el medio de la calle, vemos como Candela sentía la presión social de respetar la memoria de su marido.

En una página Web donde se explica la forma de vida de España en otros tiempos a través de una crítica literaria leí lo siguiente: “El conocimiento de la vida ajena es materia de intercambio social en un medio en que la fuente primordial de información son los otros y en el que la valoración social está muy vinculada a la percepción que los demás tienen de la vida pública y privada del individuo. Esta actitud vigilante de los otros y el consecuente temor a ser objeto de curiosidad malsana y murmuración está presente por doquier” (Proyecto Aula Literatura). Candela vivía entonces con el temor de ser repudiada por las personas del pueblo si se atrevía a romper con las convencionalidades sociales.

En El Abuelo (1998), podemos ver la importancia del honor para la familia. El protagonista de la historia, Don Rodrigo, realiza un viaje extremadamente largo y difícil para la época con el único propósito de limpiar el nombre de su familia. El quiere conocer quién es su verdadera nieta, ya que está enterado que una de las niñas es producto de la infidelidad de su nuera. Siente que al conocer la verdad, podrá redimir de alguna manera el buen nombre y alcurnia de su apellido.

Al margen del argumento principal encontramos a Pío, el tutor de las niñas, quien sufre humillaciones a mano de sus hijas pero es incapaz de sacarlas de su casa. Prefiere la alternativa del suicidio antes que despojar a sus propias hijas.

Regresando al tema principal, en esta historia “el conflicto entre el honor y el amor constituye el eje temático de la obra” (De Gregorio, 2008). Se puede identificar este conflicto en dos instancias específicas. La primera es cuando la Condesa le confiesa a Don Rodrigo su lucha contra el amor que sentía por otro hombre para cumplir su rol de buena esposa y mantenerse al lado de su hijo, pero como al final la pasión pudo más. Don Rodrigo no se doblega ante este gesto y hay una escena donde él dice que “la familia es un fundamento bendito que el hombre debe respetar”. Es decir que para él, lo que debe primar ante todo es mantener el honor de la familia.

La segunda situación se da cuando Don Rodrigo se entera de que Dolly no es su nieta y tiene que decidir entre su gran cariño por ella y el honor. Esta vez, sin embargo, el amor de la niña y el grandioso gesto que tiene al quedarse a su lado, al igual que las inocentes pero sabias palabras de Pío sobre lo poco que vale el honor lo hacen reflexionar y recapacitar. Deja a un lado su rol de defensor del honor de su apellido y acepta con humildad y amor ser el abuelo de Dolly.


Referencias

De Gregorio, A. (2008). Senén de El Abuelo de Galdós: Funciones y valores de un personaje desvalorizado. Espéculo. Revista de estudios literarios. http://www.ucm.es/info/especulo/numero39/gaabuelo.html

Proyecto Aula Literatura. Novelas. http://www.lenguayliteratura.org/ltr/index.php?option=com_content&view=article&id=152:entre-visillos&catid=102&Itemid=100005

10 de enero de 2011

Él es alemán

Él es alemán. Él gana un sorteo.
Él es alemán. Es un viaje para dos a Holanda.
Él lleva a su amigo, quien también es alemán. Los dos van a conocer Amsterdam.
Ellos son alemanes. Se encuentran con una larga fila en la esquina de la calle Prinsengracht.
Los dos son alemanes. Entran a La Casa de Ana Frank.
Los dos son alemanes. Piden el tour en inglés.

Dorothy

3 de enero de 2011

El amor en pena de "Cumbres Borrascosas"

  • "Kiss me again, but don't let me see your eyes! I forgive what you have done to me. I love my murderer-but yours! How can I?"
    - Emily Bronte, Wuthering Heights, Ch. 15

Tenía pendiente hace algún tiempo mis comentarios sobre "Cumbres Borrascosas" de Emily Bronte. Aunque inicié la lectura de este libro a principios del 2010, no es hasta ahora que estoy de vacaciones en mi país que lo puedo finalizar. El primer comentario: quizás no fue buena idea leerlo en las noches antes de dormir. Tuve más de un sueño perturbador.
Y es que esta novela no es de terror exactamente, pero hay fantasmas y almas en pena. Es un romance gótico, y por lo tanto hay mucha oscuridad. Emily Bronte nos muestra otra cara del amor. No la de las nubes rosadas y cosquillitas en el estómago como casi siempre lo pintan. La versión de Emily es la del tormento, angustia, y desesperación que los grandes amores nos pueden llevar a sentir. Quizás porque esa ha sido mi experiencia con un gran amor, puedo comprender perfectamente lo que esta novela, publicada en 1847, nos quiere contar.
Catherine y Heathcliff se quisieron desde niños. Hubiese sido muy fácil que se casaran y vivieran felices para siempre pero no sucedió así. Pienso que Catherine, al igual que otras mujeres cuyo mundo se veía limitado entre cuatro paredes de una mansión de campo, tuvo que inventarse una vida dramática porque de lo contrario... ¡qué aburrimiento!
Porque para mí, la trama trágica que se desarrolla a través de varios años, no se debe a otra cosa que la decisión de Catherine de crear drama en su vida. Un drama inventado que la llevó a la muerte y dejó a Heathcliff con el alma atormentada por el resto de sus días.
Dicen que demasiado amor ahoga. En esta historia se refleja esta perspectiva ya que la relación entre Catherine y Heathcliff fue tan intensa que acabó destruyendo sus vidas y las de los que los rodeaban. Tan solo en la muerte pudo Heathcliff por fin encontrar paz al reunirse con su amada.
Al leer la biografía de las hermanas Bronte en una entrada anterior de este blog se puede entender de donde sale la tragedia y oscuridad de la única novela de Emily. Una vida triste y encerrada. Ese fue el precio que tuvo que pagar esta escritora para dejarnos su magistral legado.

2 de enero de 2011

La influencia de Hollywood en el cine hispano (Bardem, Buñuel y Amenábar)

Sigo compartiendo con ustedes algunos de los temas que escribí para mi clase de "Hispanic Cinema". En esta ocasión, el planteamiento fue sobre la influencia de los filmes de Hollywood en el cine hispano.

Pienso que el género del Film Noir de Hollywood proporcionó a los directores de cine español de la época el vehículo
perfecto para expresar la oscuridad del régimen franquista. Pudimos ver un claro ejemplo de este recurso en Muerte de un ciclista (1955), película con la que Juan Antonio Bardem realizó una crítica de la realidad social española valiéndose del estilo Noir.

Una importante influencia de Hollywood en el cine hispano fue en el rol de los personajes femeninos. Sánchez Barba nos dice en su libro que “siguiendo el esquema recurrente del cine clásico norteamericano, las mujeres operan en un doble sentido: como mujeres nodriza y como mujeres araña” (2007, p.202).

Luego nos explica que las mujeres nodriza actúan como fuerzas positivas que tratan de alejar a los personajes masculinos de las tentaciones y los apoyan en sus enfrentamientos contra el mal. Las mujeres araña en cambio son las que arrastran a los hombres a su perdición. Son representadas como seres perversos que aunque evolucionen y se arrepientan, usualmente lo hacen de una manera tardía tanto para ellas como para sus compañeros.

En Muerte de un ciclista, se pueden encontrar personajes femeninos que encajan en los dos roles descritos anteriormente. Matilde, la estudiante de Juan, representa a la mujer nodriza quien despierta en el protagonista la conciencia social, proporcionándole con esto, un cambio positivo. En el polo opuesto está María José, quien es la mujer araña perfecta. Ella trata de convencer a Juan de desechar sus ansias de cambio y al no conseguirlo, acaba con su vida.

Otra influencia se dio por el contacto directo de un gran director español con el cine de Hollywood. Hablo de Luis Buñuel quien trabajó para los estudios Paramount en París y para Warner Brothers en España. Luego, durante la Guerra Civil española, emigró a los Estados Unidos donde trabajó para MGM y Warner Brothers (luisbunuel.com). Buñuel pudo vivir entonces la época clásica de Hollywood, de manera que su cinematografía y estilo de dirección (fue considerado un auteur al igual que Hitchcock y Welles) fueron influenciados por lo que aprendió en los estudios norteamericanos.

Hollywood no solamente tuvo impacto en el pasado del cine hispano ya que continúa inspirando a directores contemporáneos. Los filmes Tesis (1996), Abre los Ojos (1997) y The Others (1999) del joven director Alejandro Amenábar poseen elementos que nos recuerdan al trabajo del famoso director Hollywoodense, Alfred Hitchcock.

En Tesis, Amenábar, al igual que Hitchcock, utiliza efectivamente sus recursos para atraer y complacer a la audiencia. Tesis encontró una gran audiencia tanto en el público joven, atraído por los también jóvenes actores que la protagonizaron y la temática del filme (películas snuff); así como también en el público mayor, intrigado por la participación de Ana Torrent, un ícono del cine español de los setenta (The case for global film, 2008).

Para Abre los Ojos, Amenábar hizo que una de sus protagonistas (Penélope Cruz) viera la película Vértigo (1958) varias veces (Stone, 2002). Finalmente, en The Others, encontramos el elemento Hitchcock en el nombre del personaje femenino principal, Grace, interpretado por Nicole Kidman. Este nombre, aparte de poder relacionarse a las enseñanzas católicas de la “gracia de Dios” o el “estado de gracia”, también podría hacer referencia a Grace Kelly, la mujer Hitchcock perfecta (The case for global film, 2008).

Referencias
Luis Bunuel.com. Biography. http://www.luisbunuel.com/bio.html
Stone, R. (2002). Spanish Cinema. Harlow: Longman Pearson Education
The case for global film. (2008). Alejandro Amenabar: An introduction. http://itpworld.wordpress.com/2008/06/24/alejandro-amenabar-an-introduction/